Para que una universidad sea de excelencia, sus estudiantes, académicos y funcionarios también deben serlo.
Sin dudas hemos escuchado muchas veces esta palabra, la que recurrentemente es acuñada por casi todas las instituciones de educación superior, muchas veces mal utilizada.
Por ello Andrea Gutiérrez, directora de Planificación y Desarrollo Universitario (DPDU), en las jornadas que ha venido realizando con diversos actores de la comunidad universitaria, para socializar el nuevo Plan de Desarrollo Estratégico (2019-2023), explica de qué se trata el concepto de trabajar con excelencia.
Ámbito que fue levantado por el Consejo Superior tras la fase de diagnóstico para comenzar la discusión y reflexión del PDE.
“Hoy por las nuevas exigencias y con la nueva Ley de Educación Superior, entendemos lo que significa la excelencia, la que tiene cuatro ventajas competitivas. La primera es trabajar con calidad; la segunda es hacer eficiente los procesos; la tercera ser innovador y la cuarta es tener la capacidad de satisfacer a nuestros principales grupos de interés. Por lo que cuando las universidades cumplen con estas cuatro características pueden declararse de excelencia”, comenzó explicando Gutiérrez a modo de contexto.
Luego, explicó que el Plan de Desarrollo Estratégico es un instrumento de gestión que entrega los grandes lineamientos institucionales, que orienta nuestro quehacer de largo plazo. Su despliegue es a través de los Convenios de Desempeños, instrumentos de mediano plazo que permite alinear el trabajo que desarrollan las unidades académicas y administrativas y finalmente están los planes de contribución que son instrumentos de corto plazo, que permite definir un cuadro de mando de ejecución operativo. Estos tres instrumentos en su conjunto, corresponde al Proceso de Planificación Estratégica Institucional.